Ayer falleció en Benidorm Manolo Escobar, a los 82 años de edad, víctima de un cáncer. Fue un grande de la música, con premios entre los cuales destacan la Medalla de oro al mérito en el Trabajo (2011) y la Medalla de Andalucía (2008). Un hombre que aguantó más de 50 años sobre los escenarios, enlazando éxitos. Haciendo cantar, bailar y disfrutar de sus canciones a varias generaciones, algo muy difícil de conseguir en el mundo de la música.
Para ver los inicios como cantante de este gran hombre, tenemos que remontarnos a la época de la posguerra, cuando el padre de Manolo Escobar conoció en Barcelona a un reputado profesor de música, Antonio Manzano, que había perdido en la guerra a su mujer y a su hijo. Este hombre fue acogido por la numerosa familia de Manolo Escobar y se convirtió en el profesor particular de música de los hermanos Escobar, quienes más tarde pasarían a formar el grupo “Los Niños de Antonio García”. Con este grupo fueron actuando por bodas, eventos familiares, verbenas, etc. Años después, en el 1961, Manolo debutó en el Teatro Duque de Rivas (Córdoba) con su propio espectáculo llamado “Canta Manolo Escobar”. Ahí fue cuando dio el pistoletazo de salida, siendo posteriormente en el año 1965 número uno de ventas a pesar del declive de la copla y debutando en el año 1963 junto a Rocío Jurado en el cine, con la película “Los guerrilleros”, dirigida por Pedro L. Ramírez.
Era un hombre polifacético, ya que apareció en una veintena de películas, presentó programas (“Goles son amor” y “Mañana serán estrellas”), grabó discos y con sus giras por todo nuestro país consiguió grandes éxitos. Tal ha sido la fama que ha conseguido este hombre, que muchos nos sabemos de memoria sus canciones. Temas que no pueden faltar en cualquier celebración: en la verbena del pueblo, en la boda de un amigo, en el cumpleaños de tu abuelo, en las galas de noche buena (donde siempre ha aparecido el gran Manolo junto a otros grandes de la música), etc. “El Porompompero”, “La minifalda”, “Mi carro”, “Y Viva España”… ¿Quién no ha tarareado alguna de sus canciones? Muchas de ellas han sido, prácticamente, como un himno. Como una banda sonora inmune al olvido, provocado por el paso del tiempo.
La música de Manolo, forma parte de nuestra vida y de nuestra historia. Yo me considero privilegiado por haberlo visto en televisión. Forma parte de mi infancia, de las noche buenas y las navidades. De las comuniones y las bodas, donde siempre estaba el típico familiar que se cantaba un “Porompompero”. De las verbenas de los pueblos. De las tardes de radio.
Debemos de estar agradecidos a este hombre tan carismático y cercano, por todo el legado cultural que nos ha dejado. Sus canciones reflejan nuestra cultura, nuestras tradiciones. Estoy seguro de que sus temas seguirán sonando durante muchos años más, porque los artistas como él traspasan generaciones. Y como bien dijo el cantante Francisco en televisión: “Estados Unidos tenía a Sinatra, pero España tenía a Manolo”. Hasta siempre, Manolo.
Para ver los inicios como cantante de este gran hombre, tenemos que remontarnos a la época de la posguerra, cuando el padre de Manolo Escobar conoció en Barcelona a un reputado profesor de música, Antonio Manzano, que había perdido en la guerra a su mujer y a su hijo. Este hombre fue acogido por la numerosa familia de Manolo Escobar y se convirtió en el profesor particular de música de los hermanos Escobar, quienes más tarde pasarían a formar el grupo “Los Niños de Antonio García”. Con este grupo fueron actuando por bodas, eventos familiares, verbenas, etc. Años después, en el 1961, Manolo debutó en el Teatro Duque de Rivas (Córdoba) con su propio espectáculo llamado “Canta Manolo Escobar”. Ahí fue cuando dio el pistoletazo de salida, siendo posteriormente en el año 1965 número uno de ventas a pesar del declive de la copla y debutando en el año 1963 junto a Rocío Jurado en el cine, con la película “Los guerrilleros”, dirigida por Pedro L. Ramírez.
Era un hombre polifacético, ya que apareció en una veintena de películas, presentó programas (“Goles son amor” y “Mañana serán estrellas”), grabó discos y con sus giras por todo nuestro país consiguió grandes éxitos. Tal ha sido la fama que ha conseguido este hombre, que muchos nos sabemos de memoria sus canciones. Temas que no pueden faltar en cualquier celebración: en la verbena del pueblo, en la boda de un amigo, en el cumpleaños de tu abuelo, en las galas de noche buena (donde siempre ha aparecido el gran Manolo junto a otros grandes de la música), etc. “El Porompompero”, “La minifalda”, “Mi carro”, “Y Viva España”… ¿Quién no ha tarareado alguna de sus canciones? Muchas de ellas han sido, prácticamente, como un himno. Como una banda sonora inmune al olvido, provocado por el paso del tiempo.
La música de Manolo, forma parte de nuestra vida y de nuestra historia. Yo me considero privilegiado por haberlo visto en televisión. Forma parte de mi infancia, de las noche buenas y las navidades. De las comuniones y las bodas, donde siempre estaba el típico familiar que se cantaba un “Porompompero”. De las verbenas de los pueblos. De las tardes de radio.
Debemos de estar agradecidos a este hombre tan carismático y cercano, por todo el legado cultural que nos ha dejado. Sus canciones reflejan nuestra cultura, nuestras tradiciones. Estoy seguro de que sus temas seguirán sonando durante muchos años más, porque los artistas como él traspasan generaciones. Y como bien dijo el cantante Francisco en televisión: “Estados Unidos tenía a Sinatra, pero España tenía a Manolo”. Hasta siempre, Manolo.
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