En España, son muchas las personas que buscan “la perfección”. Son muchas chicas y chicos, adolescentes sobre todo, que buscan conseguir cuerpos perfectos o incluso parecerse a cualquier modelo o famoso que aparece en televisión. Pero en muchos casos esa búsqueda los lleva a padecer un TCA: trastorno de la conducta alimentaria. En España, alrededor del 3 % de la población padece anorexia. En concreto, en la población juvenil el 0,5 % de las chicas padecen esta enfermedad que suele aparecer de los 13 a los 18 años, aunque cada vez existen más casos en edades inferiores. Estos datos son alarmantes si los comparamos con los de hace un par de años, en los que únicamente se veían afectadas las personas de clase media-alta y en los que la edad de aparición rondaba los 17 años. ¿Qué consecuencias tiene la anorexia? ¿Qué la causa? A lo largo de este artículo voy a intentar responder a las preguntas que he formulado y a dar, desde la perspectiva profesional, información acerca de este trastorno, en el que entre el 5 y el 20 % de las personas que lo padecen mueren como consecuencia del debilitamiento de sus órganos vitales.
Pero, ¿qué es la anorexia? Pues la anorexia es un trastorno en el cual la persona decide dejar de comer voluntariamente y empieza a realizar actividad física excesiva con el objetivo de perder peso. Esta persona se niega a mantener un peso corporal superior o igual al 85% del normal para su edad y estatura. Además, aparece un miedo intenso a aumentar de peso que incluso puede llegar a aumentar conforme pierde peso. Este cambio de actitud está ocasionado porque esta persona tiene alterada la percepción sobre su cuerpo (peso y silueta) y piensa que está gorda, que pesa demasiado y no se siente a gusto con su cuerpo. Y es que entre las causas de esta enfermedad destacan la predisposición genética y los factores ambientales. En cuanto al primero, se ha comprobado que existe un riesgo mayor de padecer esta enfermedad entre los parientes de primer grado, es decir, si tu hermano o hermana la tiene es probable que tú la tengas. Y con respecto a los factores ambientales, por todos es sabido que en nuestra sociedad se valora positivamente la delgadez y negativamente la gordura, y que la delgadez está más cercana a la perfección. Todos hemos oído la típica frase de: “¡Qué delgado estás!” o al típico amigo que dice: “¡No comas tanto que te vas a poner…!”
Mucha gente piensa que la anorexia es lo mismo que la bulimia, por eso es importante diferenciar entre anorexia nerviosa y bulimia nerviosa. No es lo mismo. La principal diferencia ente las dos es que en la bulimia quien la padece no se niega a comer, y en la anorexia sí se niega a comer. La bulimia nerviosa es una enfermedad en la que la persona realiza con mucha frecuencia atracones de comida y al acabar el atracón vomita todo lo que ha ingerido debido a que, de alguna forma, piensa que de esta manera no engorda. Además, en este trastorno suelen utilizar de forma excesiva laxantes con el objetivo de perder todo lo que han comido. En cuanto al peso corporal, en la bulimia está más cercano al peso normal, pero tienen problemas en el aparato digestivo como consecuencia de los vómitos y en el aparato cardíaco. Y por último, este trastorno es tres veces más frecuente que la anorexia. Pero ya hablaremos de bulimia en otro artículo.
La persona que padece anorexia llega incluso a obsesionarse con su peso y su silueta corporal. Por ello, se mira repetidamente en el espejo, se pesa con frecuencia, se mide determinadas partes del cuerpo (sobre todo la cintura), se obsesiona con las calorías de cada alimento, sigue “dietas mortales” elaboradas o bien por ella misma o bien por otras personas. Y digo “mortales” porque muchas de estas dietas carecen de elementos esenciales como son los hidratos de carbono o ciertas vitaminas. Y lo peor de todo: la persona que lo padece niega por activa y por pasiva que padezca esta enfermedad, con lo que en muchas ocasiones dificulta la actuación de los profesionales.
Una de las variables psicológicas más importantes dentro de este trastorno es la autoestima. El nivel de autoestima de una persona anoréxica depende mucho de la forma y el peso de su cuerpo. Estas personas consideran que perder peso es un gran logro y un signo de autodisciplina. Por otro lado, ven el aumento de peso como un fracaso inaceptable. Algunas personas son conscientes de su delgadez pero niegan o ignoran que ésta pueda tener implicaciones graves para su salud.
Al igual que muchos otros trastornos mentales, este trastorno es causa de múltiples problemas a nivel físico como por ejemplo la hipotermia, bradicardia, hipotensión, edema, lanugo, estreñimiento, amenorrea y una gran variedad de cambios metabólicos. Si bien es cierto que la mayoría de los problemas que acabo de nombrar desaparecen conforme se recupera el peso perdido, algunos problemas como la osteoporosis o la cifosis permanecen de manera irreversible.
Y para acabar, la anorexia se puede prevenir mediante programas donde se promueva el rechazo de las dietas atípicas o restrictivas; informando sobre los cambios propios de la pubertad, las diferencias entre grasa corporal, sobrepeso y obesidad; proporcionando información sobre los peligros de este trastorno o promocionando la aceptación de sí mismos y desarrollando una percepción positiva del cuerpo.
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