¿Qué
somos los seres humanos sin memoria? Poca cosa. Nuestra identidad se
forma como un puzzle desde sus inicios a base de relacionarnos con
personas, lugares y cosas que conforman un conjunto de recuerdos.
Esos recuerdos, esas historias pasadas son las que van complementando
poco a poco en nuestro interior el mapa actual de nuestra
personalidad que, sin duda, también marca nuestro futuro.
El
uso de la fotografía para poder recoger instantáneas de
momentos vividos, tiene mucho que ver con el miedo a olvidar lo
vivido, a querer inmortalizar cada instante de nuestra vida –el
teléfono móvil se ha convertido en la herramienta
básica en la actualidad para alcanzar este estado de captura
constante de “momentos”-, a aferrarse a instantes que van a ser
pasado en breve, quizás rápidamente olvidado… Cuantas
veces hemos encontrado al revolver en viejas fotografías
personas, lugares y momentos que ya prácticamente habíamos
borrado de nuestra memoria. Como en “Blade Runner” cuando Rachel
se aferra a sus fotografías para convencerse de que es humana,
nosotros nos agarramos a nuestros recuerdos para convencernos de
quienes somos realmente, qué significamos, de dónde
venimos, a dónde vamos…
Sofia
Bellange nos acerca su propuesta fotográfica basada en la
búsqueda de la identidad personal a través del recuerdo
y la evocación. Mezclando técnicas analógicas y
digitales consigue imágenes que parecen del pasado, es su
“passé compossé”: todo lo que aparece en las
fotografías de la exposición parece real, pero ¿lo
es?, personas, lugares, ¿pertenecen realmente al pasado de
Sofia? No importa, lo parece. ¿Dónde comienza la
realidad y donde la ficción? Es un juego en el que todos
estamos incluidos y que nos hace pensar sobre como asimilamos las
experiencias de la vida para convertirnos en la persona que somos.
Algo
muy femenino evocan estas miradas a fotografías antiguas.
Tradicionalmente han sido las mujeres de la familia las depositarias
de la memoria ancestral del clan, ya sea a través del recuerdo
de antepasados, de la historia de la familia, o de los mementos. Las
mujeres sobretodo han sido las que recopilaban las fotografías,
las que las colocaban con cuidado en álbumes, las que anotaban
por detrás fechas, nombres, lugares... Las invasiones
tecnológicas actuales hacen iguales a hombres y mujeres en
esta afición a crear constantes imágenes con una
difusión aún más rápida, pero ¿se
ha perdido ese vínculo femenino a la responsabilidad de
salvaguardar la memoria? no lo creo... esa función aún
está mayoritariamente depositada en mujeres, como Bellange.
Sofía
Bellange nació el 7 de marzo de 1987 en Namur (Bélgica),
interesándose por la fotografía desde muy joven, ya con
13 años. En 2007 inició sus estudios artísticos
en L’École National Supérieure des Arts Visuels de La
Cambre (Bruselas), si bien los abandonó en el transcurso de
2009, cuando fijó su residencia en Alicante. Desde entonces,
ha realizado diversas exposiciones colectivas e individuales en las
ciudades de Namur, Bruselas, Lieja, Amsterdam, Madrid y Alicante.
“Al
descubierto” es el proyecto de exposiciones del Freaks Arts Bar
(Calle Carmen, 9, Alicante), que pretende sacar a la luz pública
tanto a jóvenes promesas, como artistas que trabajan fuera de
los circuitos habituales, o facetas desconocidas de estos creadores,
así como impulsar el coleccionismo de arte actual.
La
exposición de Sofía Bellange puede visitarse hasta el 4
de octubre, de domingo a jueves de 19 a 0:00 y los viernes y sábados
de 20:00 a 02:00.
Natalia
Molinos Navarro
Responsable
de “Al descubierto” del Freaks Arts Bar y
Vocal
de la Asociación Valenciana de Críticos de Arte (AVCA)
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