martes, 6 de agosto de 2013

Cuando la permanencia se juega en los despachos

Esta semana acababa el mes de julio. Y con ello, finalizaba el plazo para pagar a los jugadores de muchos clubs como el Deportivo, Xerez, Mirandés, etc. Equipos que se han jugado la permanencia en los despachos, a última hora. Partidos en los que los jugadores iban con traje y corbata. Partidos en los que se sustituyeron los balones y las porterías por cheques y maletines. Distintos protagonistas, distinta situación, pero lo mismo en juego: la permanencia.

Tras este 31 de julio, hay equipos que no han logrado la “permanencia” en los despachos. Cara y cruz. Blanco y negro. Positivo y negativo. Como queráis llamarlo. Son dos caras de una misma moneda: la buena y la mala. La parte positiva se la llevaron el Deportivo de La Coruña y el Mirandés, que consiguieron eludir el descenso administrativo a Segunda B y, además, evitar una posible desaparición. La negativa: el descenso administrativo a Tercera División de un histórico como el Xerez, lo cual crea incertidumbre sobre el futuro de este club. El equipo andaluz ya había descendido, deportivamente hablando, a Segunda División B al finalizar la temporada.

El Deportivo consiguió que los jugadores retiraran las denuncias por impagos a última hora y que los acreedores “soltaran” el dinero para pagar la deuda. Eso sí: al parecer en el acuerdo pedían a Lendoiro que abandone la directiva dentro de seis meses, algo que todavía no se ha confirmado. Muchos se llevaban las manos a la cabeza al imaginarse a un histórico de la Liga en Segunda B, o incluso desapareciendo del panorama futbolístico español. El “Súper Depor”, con más de 100 años de historia, con una Liga, cinco subcampeonatos, cuatro terceros puestos en Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España en su palmarés. Además de haber disputado una semifinal de la Liga de Campeones en la temporada 2003-2004. ¿Qué sería del fútbol español sin el Deportivo de La Coruña?

Pero de esta historia, sin duda, el claro ejemplo de deportividad y de unión es el Mirandés. Se salvaron del descenso administrativo a Segunda División B gracias a que todo el equipo (y cuando digo todo es TODO: jugadores, directivos y cuerpo técnico) y empresarios locales, consiguieron reunir la cantidad suficiente para evitar el descenso a la categoría de bronce del fútbol español. Demostraron que querer es poder, y que a pesar de ser un equipo humilde, pueden codearse con los grandes de la Liga.


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